domingo, 11 de marzo de 2012

Buenos días cruel realidad


La realidad es temporal, tanto en el contexto de la vida como en cada uno de los lapsos que la componen.

La realidad es pulsante, sobresaliendo generalmente los estados estables y aburridos sobre los explosivos o notables.

Cuando la realidad es intensa por largos periodos, la rutina queda expuesta y devora la tranquilidad de las personas, lo cual es soportable a tempranas edades, pero con la madurez, el cuerpo generalmente no soporta tanta tensión, en consecuencia, nos apegamos a los picos temporales para establecer una especie de equilibrio, que nos permita brincar entre realidades deseadas pero difíciles de mantener en la mencionada rutina.

Pareciera que muchos individuos tratan de amoldar su figura a las áreas o volúmenes de esos picos periódicos, los cuales se asemejan al ambiente fetal donde la protección es extrema, para así desahogar las tensas vivencias que se acumulan en los tiempos rutinarios, generándose una especie de adicción a un juego o drogas, de los cuales podemos escapar, pero siempre quedan las huellas en la humanidad de cada ser vivo, equivalente a las permanentes estrías que marcan las carnes que se han hinchado durante la juventud.

La ventaja de lo dicho en el párrafo previo es que el cuerpo y la mente se acostumbran, se adaptan, inclusive se prostituyen, y lo que en la línea del tiempo pareciera una excitante aventura, se transforma igualmente en rutina, reduciéndose en consecuencia, los picos que creemos son la esencia de la felicidad. En este punto, las áreas o volúmenes contenidos en los picos se van reduciendo gradualmente hasta que estos se vuelven virtualmente invisibles y desaparecen de nuestro mapa presencial, momento en el cual nos encontramos en el umbral de la muerte, que representa la rutina definitiva de cada entidad corporea.

Como dicen por ahí, podemos estar muertos aún estando vivos, tratándose esta realidad de la antesala a lo inevitable, aunque sigamos creyendo que los picos artificiales que creamos o inventamos, son relojes existenciales que nos ofrecen tiempos adicionales para salir de la rutina.

La realidad es cruel aunque optemos por engañarnos pensando que es agradable en nuestro entorno inmediato. La cruel realidad nos saluda constantemente cada mañana, recordándonos en las caras y acciones de quienes nos acompañan, que la felicidad es un concepto etereo y extremadamente complicado.

Finalmente solo nos resta avanzar cual cazadores buscando áreas y volúmenes donde zambullirnos temporalmente para iniciar los cliclos ya conocidos, los cuales cierran a ratos las puertas de las realidades que no nos atrevemos a enfrentar.

Buenos días cruel realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores