Hola
hermano...
Por
veredas voy.
Acompasado
bajo el azul ennegrecido.
Pocos
respiran, pocos viven.
En
secreto, culto de verdad.
Quisiera
ver, recapitular.
Ser
esposo de la realidad.
Gran
círculo vicioso.
Aquí
estás, en mi cuerpo.
Desgarrante
limpieza.
Ocultas
al espíritu miserable.
Pasos
lustrados por la claridad.
Atendiendo
primeras oportunidades.
De
pie observando las delicadas manos del niño.
Huérfano
de protección.
Ten
cuidado.
Las
esquinas muerden.
Tu
cumpleaños esta a la vuelta.
Moja
las velitas ornamentales.
Albergo
medieval.
Armadura
del tiempo transcurrido.
Un
error... Dialecto extranjero.
No
logro aprender. Cada quien es su maestro.
Envío
postales al encanto olvidado.
Un
planeta plagado de seres simples.
Miran
con el corazón, miran por encima de la crueldad.
La
vereda final despunta.
Inventar‚
una sonrisa desconocida.
Cerca,
muy cerca. El oasis se aleja.
Bailar
esa música, golpear con la voz.
Pinta
tus máscaras.
Cada
quien hierve en su propia sangre,
fluido
sobre la savia que espesa las hojas marchitas.
A
gritos piden una escoba.
La
primera etapa terminó.
Demasiado
largas estas travesías.
Sopla
fuerte, ayuda al viento.
La
tendida ropa te lo agradecerá.
Simbiosis
necesaria.
Pronto
la usarás de nuevo, ligera, olorosa.
Estilos,
maneras
Guarda
el contenido del cofre dorado.
Canta
las más alegras canciones en su interior. Reverberante de felicidad.
Despídete...
Caricaturas
del diario dominical.
Tragedias
de primera plana.
Lava
tus manos manchadas y busca revistas, colores.
Toma
esa bebida fría.
Descansa
a placer en el cojín que alberga tus humores.
Suave,
tierno.. Apoyo lamiendo tus cabellos.
Sinceramente....
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