sábado, 10 de marzo de 2012

El Castigo




Dependiendo de los puntos de vistas, el castigo podría interpretarse intrínsecamente como una acción punitiva o simplemente sin saberlo, algunos individuos infligen ciertas formas de castigo a teceros. En el primer caso la intención es evidente y premeditada, mientras que en el segundo no es posible advertir la verdadera raíz del problema.


Independientemente de los casos, quienes son castigados, pocas veces logran descifrar el génesis que les afecta, por ende, simplemente actúan en contra y se revelan, si les es posible hacerlo.

Obviamente, las intensidades de los castigos establecen la potencia de la respuesta que se obtendrá, quienes responden, generalmente no se toman el tiempo para analizar las razones de los castigadores, sencillamente actúan de manera visceral como mecanismo de protección.

Cuando el verdugo y el castigado (quien a la larga también se convierte en verdugo), logren descifrar los orígenes de las mencionadas acciones, es posible llegar a un punto de equilibrio en el cual el castigo ya no tiene sentido, siempre y cuando, el no estar consciente de lo que se hace se convierte en un pinto de coincidencia. Los demás casos en cualquier dirección, son simplemente reflejo de las miserias humanas que normalmente se mantienen latentes en alguna zona oscura de nuestros pensamientos.

PPZ

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