martes, 9 de febrero de 2016

"Cuando quiero comprar no puedo y cuando puedo comprar no quiero”


Una película ideal para el director Tim Burton, algo así como leer “La Peste” del Albert Camus y “La Náusea” de Jean Paul Sartre repetidas veces.
Nos convertimos en un vulgar número con identidad, somos extrañas ondulaciones tatuadas en la piel, somos aceptados social y comercialmente para consumir "Alimentos Básicos" gracias a una identificación fisiológica y un dígito.
Hoy es mi día, visito el súper, mis huellas son válidas, tengo el número ganador, pero !Sorpresa!, aunque varias procesiones de productos esenciales son paseadas por los pasillos, hay decenas de personas para pagar en cada cola, debería estar por lo menos dos horas para llegar a la cajera, no me la calo, me largo y regresaré más tarde, una rutina enfermiza, porque cada vez que regreso las colas son peores, parezco una especie de acosador, algunos observadores externos me miran raro. Hoy es mi día y pude comprar absolutamente nada, ni siquiera los productos no regulados, (cebollas a 1.500 Bs/kilo y tomates a 800 Bs./kilo, por ejemplo), porque igual me debo calar la cola, quiero gastar mis reales, por lo menos en otros artículos de lujo (fiambres, palmitos, maíz, tomates pelados, etc), pero tampoco puedo, los nuevos pelucones del siglo XXI me dirían "Ignorante, no compres con el populacho, ve al Rey David o a cualquier sitio de lujo donde no se hace cola".
El día de la identificación extrema terminó, me fui con las manos vacías, sale de nuevo el sol, no existo para los productos regulados, mis huellas son vacuas, mi rostro es una máscara plana, sin ojos, nariz, labios, nada visible, una pantalla en blanco, pero igual voy a ese Súper, porque a veces algunos productos regulados los venden sin las leoninas condiciones socialistas, no sé, parece que jugaran con nosotros o ¿simplemente sienten lástima por la necesidad ajena mezclada con la arrechera?; a veces hasta aceptan la cédula de tu hijo, pero en este sitio NO, él debe estar presente y ser apto fisiológicamente y numeralmente, en otros sitios venden productos no regulados pero limitados en cantidades aceptando otras cédulas. Entro al Súper, está casi vacío en lo que a personas respecta porque no han sacado todas las mercancías reguladas del miércoles, aparte de eso hay de todo, pero no regulado, se puede ver en las fotos del post, da gusto pasear por los pasillos despejados y revisar cada producto que no quieres comprar, salvo algunas frutas, legumbres y algo de carne de cerdo con un muy buen precio (entre 900 y 1.200 Bs./kilo), además de los huevos, pero de codornices. Llego a la caja y le pregunto a la dama ¿La harina pan suavizada a 120 Bs./kilo también está amarrada al terminal de la cédula?
Sí señor, lo siento. Bueno, ayer traté pero no pude, Ud. sabe como eran las colas, ella asintió y con una tierna expresión y me dijo que buscara dos kilos, que me las pasaría. Chévere, muchísimas gracias, casi la beso. Pago y me retiro para regresar más tarde, porsia la suerte me encuentra, pero no es así, dos horas después el Súper era un pandemónium, sacaron los productos regulados y centenares de almas llenaron los espacios vacíos que poco antes había disfrutado como un paseo en góndola. Entro de todas maneras y me dan ganas de llorar, conté como 15 cajas de huevos “trescientos cartones”, había pasta, pero solos los vendían por terminal numérico.
!Que remedio!, bien por aquellos que pueden comprar, solo espero que la Gestapo Socialista no dicte un Auto de detención contra la cajera que me vendió la harina pan regulada a 120 Bs./kilo, y la tengan un año y pico esperando por el juicio, para finalmente dictar sentencia punitiva por un hecho que no infringe las normas porque creo que es el Súper quien decide vincular este producto tan caro a un dígito mágico.
Díganme: ¿No se revolcaría de satisfacción Tim Burton produciendo y dirigiendo esta película que protagonizaría por supuesto” Jhonny Depp”?
PAO.

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