domingo, 14 de febrero de 2016

El talento sin probidad es un azote.


“Taxeando” hoy, pasé dos veces por el Paraíso Caraqueño y como de costumbre, regreso por la Avenida San Martín, desde su inicio, pero unos metros antes de abordarla, vi estas palabras de nuestro Libertador, las que inician este post, escritas en una pared de una institución del estado, no me pregunten cuál es, no me fijé, si están interesados, vivan en carne propia la mega cola de la Av. Páez desde la plaza Madariaga y diríjanse a la Av. San Martín.
En ese momento no conocía el significado de Probidad, así que me dije “Queese quieto hasta llegar a casa y pueda consultar con San Google”, pero sabiendo que la frase era importante para ponerla tan grandota en una pared por los que se tildan de “revolucionarios” de esta nación, me quedó dando vueltas en la cabeza el cambio de posición de las palabras en la frase y si Bolívar pensó en esas combinaciones, hasta decidirse por la que conocemos.
Ya en Home Sweet Home, verifiqué con San Google, quedando totalmente clara la intención de la frase en el entorno de los servidores públicos, aunque es válida en cualquier ámbito de nuestras vidas. La probidad se refiere a la “Moralidad, integridad y honradez en las acciones”, en consecuencia el talento mal enfocado es un flagelo.
Pienso en Bolívar imaginando cómo sus propias acciones, su talento y el azote, calzaban en las variaciones de la frase al crearlas, así que deje volar un rato mis pensamientos.
Ejemplos:
“La probidad sin talento es un azote”. Realmente no cuadra a primera vista, a menos que el azote se aplique como crítica o burla a una persona con probidad pero sin algún tipo de talento, esto no implica que no siga siendo un buen ciudadano, incapaz de hacerle daño a terceros con sus acciones, simplemente podría entenderse como un ser íntegro pero simple.
Vi en una página “La falta de probidad sin talento es más azote todavía”, implicando esto que cualquier ser sin talento y moralmente incorrecto en sus acciones, es lo peor que se pudiese considerar como ciudadano. Simple, un tipo, una bestia con poder que actúa en contra de sus semejantes es el mejor ejemplo de la maldad con una extensa carga de resentimiento social.
El azote con Providad es un talento.
Me parece brutal, me gusta, dedo pulgar PA arriba con esta frase. El azote es algo bueno, una causa justa para lograr objetivos respetando a terceros, aunque estos piensen que están siendo explotados sin poder demostrarlo, por supuesto, dicha aseveración será FALSA.
El azote sin probidad es un talento.
El canto de la moneda, es rugoso, puede hacer daño, se usa para raspar de todo y aunque también es una forma de talento, muestra la horrible cara del abuso. Esto es equivalente a la gota que termina rompiendo el cántaro, poco a poco, poco a poco, se va acostumbrando a los seres biológicos, éstos se van amoldando a los deseos de los azotadores, quienes generalmente manejan grandes cantidades de poder y recursos, el poder de la palabra, el dedo índice golpea millones de frentes, una y otra vez, hasta que muchos se creen normales al pararse delante de un espejo y ver frentes hundidas en sus centros.
Todo lo anterior, con las decenas de posibilidades adicionales por analizar, una tarea ofensiva para algunos, por leer una frase llamativa mientras “taxeaba”, unas cuantas palabras que generan un tornado de posibilidades girando sobre el eje de la probidad, el cual muchas veces nos atrapa y nos lanza como muñecos al vacío, a mí me ha sucedido, de hecho me puso a pensar en algunas de mis acciones de las cuales no tendría sentido enorgullecerme, aunque si lo hago por la mayoría, más allá de los errores cometidos.
Finalmente, pidiéndole excusas al Libertador, considero que la “Probidad es un talento que se lleva a cuestas, aunque algunas veces decidamos desnudarnos por un rato obviando a nuestros semejantes”.

PAO.

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